sábado, 12 de enero de 2013

Intocable

Suelo ver películas por instinto, intuición o como queráis llamarlo. Sobre "Intocable" no esperas que el argumento te sorprenda, ya sabes cuáles son los ingredientes cuando te dispones a verla. Por tanto, lo único que cabe esperar es que el guión te sorprenda y que las conversaciones e interacciones entre los personajes sean interesantes. En suma, me esperaba un guión más elaborado. A veces es inevitable caer en tópicos pero en esta película se dan todos los tópicos posibles: que si el rico y millonario aburrido que no sabe disfrutar de la vida y que escucha música clásica, que si cuánto amaba a mi mujer, que si mi madre esto, mi padre lo otro, que si eres un refinado y yo te voy a enseñar a disfrutar de verdad. Vamos, la exaltación de la vulgaridad extrema con la pretensión de parecer simpático recurriendo al chiste fácil; que si Leonardo era una tortuga ninja, que la música que no se baila no es música, que si el arte moderno es una patraña -debo decir que eso, en general, lo comparto-, etc. No considero oportuno ensañarme con la película pero ahora mismo el cabreo por la enorme decepción es notable. Menos mal que la banda sonora de Ludovico Einaudi, junto a los clásicos como Vivaldi o una maravillosa "Feeling Good" de Nina Simone contribuyeron a sobrellevarla porque -y no exagero- estuve a un pelo de apagar la tele y ponerme a ver la excelente serie "The Big Bang Theory". Para ésa sólo tengo halagos. Por cierto, no dejéis de escuchar por lo menos una vez en vuestra vida "Las cuatro estaciones", como mínimo "Invierno".


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