No me gustan los balances, quizá me dan miedo o puede que lo más sensato sea mirar hacia delante sin que parezca una huida. Si tuviera que pedir un deseo para mí y para las personas que forman parte de mi vida sería éste:
Esperanza, esperanza para los momentos feos, que seguro que los habrá.
Mi balance y mi esperanza cotidiana son mis amigos, mi familia y mis pequeños amores de cada día que se ensanchan en cada despedida.
Brindo por los "hermanos de sangre" que me han acompañado en el viaje, por un futuro a vuestro lado, hombro con hombro.
Gracias.