martes, 31 de diciembre de 2013

Des-balance

No me gustan los balances, quizá me dan miedo o puede que lo más sensato sea mirar hacia delante sin que parezca una huida. Si tuviera que pedir un deseo para mí y para las personas que forman parte de mi vida sería éste:


Esperanza, esperanza para los momentos feos, que seguro que los habrá.
Mi balance y mi esperanza cotidiana son mis amigos, mi familia y mis pequeños amores de cada día que se ensanchan en cada despedida.
Brindo por los "hermanos de sangre" que me han acompañado en el viaje, por un futuro a vuestro lado, hombro con hombro. 

Gracias.


martes, 24 de diciembre de 2013

Xanadú en una bola de cristal

Siempre que llega la Navidad uno recuerda con cariño su infancia intentando no caer en la nostalgia. Todos recordamos algún momento de la niñez relacionado con este tiempo, tenemos grabado algún juguete que nos encantó o esa indescriptible sensación de impaciencia y misterio, casi miedo, que nos producían esos seres tan poco comunes que traían nuestros regalos a casa. Y sobre todo, uno recuerda la aparente normalidad de tenerlo todo y ser completamente feliz. En mi Navidad, como en la vuestra -seguro-, están todos esos recuerdos y sensaciones. Quizá son el único paliativo que encontramos para soportar las ausencias de los amores que tuvimos. Ese mecanismo infantil que consiste en olvidarse del mundo y jugar, jugar, jugar es tan necesario como la experiencia. A menudo me repito que los remordimientos no sirven de nada pero sé que los más justos son quienes más los padecen. 
Yo quiero seguir durmiéndome con la sensación con la que me dormía de niña, sintiendo que cada día es un regalo y que de las decepciones también se aprende. Quiero la sorpresa y la ilusión de los ojos de un niño, no rendirme nunca. También quiero las heridas en las rodillas que producen los tropezones, incluso las regañinas de los demás. Quiero a los familiares muertos, con el mismo amor inmóvil que paró los relojes el día en que se fueron. 

Quiero todas esas cosas porque en mi infancia fui feliz.

"Ciudadano Kane", 1941 (Dir. Orson Welles)

"El señor Kane fue un hombre que tuvo todo cuanto quiso, y que lo perdió. Tal vez Rosebud fue algo que no pudo conseguir o algo que perdió".

jueves, 19 de diciembre de 2013

De la lucidez

La lucidez es un don y es un castigo, está todo en la palabra, lúcido viene de Lucifer, el arcángel rebelde, el demonio. Pero también se llama Lucifer el lucero del alba, la primera estrella, la más brillante, la última en apagarse. Lúcido viene de Lucifer, y Lucifer viene de Lux y de Fergus que quiere decir el que tiene luz, el que genera luz, el que trae la luz que permite la visión interior, el bien y el mal, todo junto. El placer y el dolor. La lucidez es dolor y el único placer que uno puede conocer, lo único que se parecerá remotamente a la alegría, será el placer de ser consciente de la propia lucidez, el silencio de la comprensión, el silencio del mero estar, en esto se van los años, en esto se fue la bella alegría animal.

Alejandra Pizarnik


De la película "Lugares comunes", 2002 (dir. Adolfo Aristarain)

miércoles, 18 de diciembre de 2013

El corazón es un órgano de fuego

"Morimos, morimos, morimos ricos en amantes y tribus y sabores que degustamos en cuerpos en los que nos sumergimos como si nadáramos en un río, miedos en los que nos escondimos como esta triste gruta. Quiero todas esas marcas en mi cuerpo, nosotros somos los países auténticos, no las fronteras trazadas en los mapas con nombres de hombres poderosos. Sé que vendrás y me llevarás al palacio de los vientos. Sólo eso he deseado, recorrer un lugar como ese contigo, con nuestros amigos, una tierra sin mapas". 



miércoles, 4 de diciembre de 2013

Quien tropieza en el vacío...

Quien tropieza 
en el vacío
quien se agrieta
y dice: yo
echa hojas
florece.
Así luchamos.


Yannis Ritsos

De "De papel"
Versión de Coloma Chamorro, Javier Lentini y
Dimitri Papagueorguiu



martes, 3 de diciembre de 2013

Vuestra hermosa manera de vivir

Epitafio del vivo

"Soy misterioso: sufro, y no me quedo."
Escuchan mis palabras, y el sonido
les puebla las orejas, y entra, y busca
los huesos vigorosos de los jóvenes.
Escuchan y no miran, ya que saben
que nada hay que mirar, pues no quedé
y el sufrimiento nada prueba
sino que aquella vida fue vivida
sin tino y con error: pues las preguntas 
que no tienen respuesta son estériles

Sabéis estar, y me arrepiento ahora
de no buscar entonces, cuando pude,
vuestra hermosa manera de vivir.

(F. Brines)



Elliott Erwitt 
New York City, 1955