Epitafio del vivo
"Soy misterioso: sufro, y no me quedo."
Escuchan mis palabras, y el sonido
les puebla las orejas, y entra, y busca
les puebla las orejas, y entra, y busca
los huesos vigorosos de los jóvenes.
Escuchan y no miran, ya que saben
que nada hay que mirar, pues no quedé
y el sufrimiento nada prueba
sino que aquella vida fue vivida
sin tino y con error: pues las preguntas
que no tienen respuesta son estériles
Sabéis estar, y me arrepiento ahora
de no buscar entonces, cuando pude,
vuestra hermosa manera de vivir.
(F. Brines)
Elliott Erwitt
New York City, 1955
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