"Tengo la sensación de que intento contarles un sueño, de que me empeño en vano, porque ningún relato puede proporcionar la sensación del sueño, esa mezcla de absurdo, sorpresa y aturdimiento con una estremecida rebeldía que lucha por abrirse paso, esa sensación de ser apresado por lo increíble que es la mismísima esencia de los sueños (...) No, es imposible; es imposible transmitir las sensaciones vitales de cualquier momento dado de nuestra existencia, las sensaciones que le confieren veracidad y significado, su esencia sutil y penetrante. Es imposible. Vivimos igual que soñamos: solos".
J. Conrad, El corazón de las tinieblas
(Wim Wenders, El cielo sobre Berlín, 1987)