martes, 19 de marzo de 2013

De un padre a un hijo


Si puedes conservar la cabeza cuando a tu alrededor
Todos la pierden y te echan la culpa;
Si puedes confiar en ti mismo cuando los demás dudan de ti
Pero al mismo tiempo tienes en cuenta su duda;
Si puedes esperar y no cansarte de la espera,
O siendo engañado por quienes te rodean, no pagar con mentiras,
O siendo odiado, no dar cabida al odio,
Y no obstante, ni ensalzas tu juicio ni ostentas tu bondad:

Si puedes soñar y no dejar que los sueños te dominen;
Si puedes pensar y no hacer de los pensamientos tu objetivo;
Si puedes encontrarte con el Triunfo y la Derrota
Y tratar a estos dos impostores de la misma manera;
Si puedes soportar al escuchar la verdad que has dicho
Tergiversada por bribones para tender una trampa a los necios,
O contemplar destrozadas las cosas a las que dedicaste tu vida,
y agacharte y reconstruirlas con las herramientas desgastadas:

Si puedes hacer una pila con todos tus triunfos
Y arriesgarlo todo de una vez en un golpe de azar,
Y perder, y volver a comenzar desde el principio
Y no dejar escapar nunca una palabra sobre tu pérdida;
Si puedes hacer que tu corazón, tus nervios y tus músculos
Te respondan mucho después de que hayan perdido su fuerza,
Y permanecer firmes cuando nada haya en ti
Excepto la Voluntad que les dice: “¡Adelante!”.

Si puedes hablar con la multitud y perseverar en la virtud, 
O caminar junto a reyes sin perder tu sentido común;
Si ni los enemigos ni los buenos amigos pueden dañarte;
Si todos los hombres cuentan contigo pero ninguno demasiado;
Si puedes llenar el preciso minuto
Con sesenta segundos de un esfuerzo supremo,
Tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella,
Y, lo que es más, serás un Hombre, ¡hijo mío!


(Rudyard Kipling)

Matar a un ruiseñor, 1962

miércoles, 13 de marzo de 2013

Anotaciones (IV)

Procurémonos HOY los buenos recuerdos de mañana. Tal vez lo importante sea llegar al final con los arrepentimientos correctos.



martes, 12 de marzo de 2013

Sísifo abandona a veces

Los dioses habían condenado a Sísifo a empujar sin cesar una roca hasta la cima de una montaña, desde donde la piedra volvería a caer por su propio peso. Habían pensado con algún fundamento que no hay castigo más terrible que el trabajo inútil y sin esperanza. (Albert Camus) 

 A menudo, Sísifo abandona la roca en la cima. Ha aprendido que la vida debe estar en otra parte y es en ese otro lugar, lejos de la empinada montaña y del mundanal ruido, donde se desprende de sus prendas, lava sus manos, descansa sus miembros y olvida la sempiterna lucha del hombre. Después, como cada día, volverá al cotidiano reto que entraña la piedra -dura, pesada, tosca- pero necesario. Sísifo no olvida que la derrota es no intentarlo, por eso pone verdadero empeño en su cometido. El hallazgo más valioso no es llegar a la cima sino saber abandonar la roca en el momento adecuado, saber perder y saber ganar.

Y salir a buscar la vida, que no espera a nadie.


"Crecer es aprender que para regresar y para casi todo es tarde (...) Pero quién diablos quiere regresar si lo que cuenta es aprender que no está perdido aquello que no fue".


domingo, 10 de marzo de 2013

Se descalzan los días...

Se descalzan los días
para pasar de largo sin que nos demos cuenta.
Son casi despedidas, casi encuentros
-felices pero incómodos-
de cuerpos que se miran
y que aplazan la cita.
Aunque detrás,
suelen quedarnos huellas que no son los recuerdos.

De aquel jardín inculto yo conservo
el hombre que venía a desearte,
a caminar sin ti,
silvestre y solo.
Porque de ti le hablaban las adelfas,
con sus ramas difíciles como muchachas jóvenes,
y las palmeras altas igual que tu desnudo,
y aquel cielo corrido
que buscaba
la luz con que el amor te distingue los ojos.

No envejecemos nunca. Tal vez no envejecemos.

Y ahora puedo decírtelo,
cuando tú me recuerdas las adelfas,
y tu desnudo en arco dibuja una palmera,
y los ojos se nublan
sobre el jardín silvestre de los enamorados.

Tal vez no envejecemos. O es acaso que el tiempo
se quitó los tacones para no molestarnos.
O es acaso el deseo
que camina en los labios todavía descalzo.

(Luis García Montero)


viernes, 8 de marzo de 2013

Feliz día de la mujer

Por Ellas

Por todas la mujeres, por aquellas
que rompieron la luz, por las que un día
deshicieron la boca y la mentira, por aquellas
de las cafeterías y el café con olvido.
Cuando andaban
por todos los caminos
la mujeres ardiendo, las que llevan
entre los pechos mapas y misterios.

Por aquellas que nunca nos amaron
y sus cigarros rubios y con filtro.
Por la mujeres bellas que nunca se quedaron
al lado de la cama o el deseo. Las que huyeron
de todas la virtudes y amasaron
la fortuna y los besos, las victorias
de cada amanecida de resacas y miedos.

Por ellas, las mujeres que tuvieron
un instante el futuro, cuando los muslos eran
la seda más preciosa que trajo Marco Polo
y el calor de las noches de los trópicos
vivía debajo de su cuello, en sus axilas,
en la cadencia animal de sus caderas.

Por ellas y por todas, las que beben
el vino áspero y tierno de noviembre,
las que tienen el pan como moneda
en el brazo del tiempo, entre sus dedos
hechos para el placer y la lujuria.

Por las que no me amaron, por aquellas
que me dieron la vida en pedacitos,
en besos de algodón y levadura.
Por todas, cada una, que entregaron
la palidez de agosto, todo el frío
de la casa sin nadie, las malditas
mujeres que llamamos en la noche,
cuando el odio es el beso más cobarde.

Por todas las mujeres de la tierra,
por todas las princesas de los sueños,
por las madrastras buenas y las brujas
más bellas de los cuentos infantiles.
Por aquellas mujeres que nunca nos miraron
en los bares más negros, por aquellas
que en el metro al cruzarnos sonrieron,
Por aquellas que vimos abrazadas
al más cruel enemigo. Y su mordisco
nos persigue todavía para siempre.

Por las que nunca nombré ni nos nombraron.
Por la misma palabra en las canciones,
en novelas de amor, en cada verso.
Por todas, y por ellas, esta noche
arrio mis banderas y me rindo,
me someto. A todas hoy convoco.
No hay dolor que ya pueda alcanzarnos.

(Rodolfo Serrano)

jueves, 7 de marzo de 2013

Un consejo: comete más errores

Anoche descubrí que Neil Gaiman tiene un blog.

Al igual que sus novelas, cómics y obras de teatro, el blog de Neil Gaiman es diferente a todos los blogs del mundo. (Podéis encontrar incluso su receta para hacer mermelada de arándanos).

Cada 31 de Diciembre, Gaiman escribe en su blog un deseo para el año siguiente. Su deseo para 2012 es uno de los mejores consejos que he leído nunca:

"Espero que en este año que comienza cometas más errores.

Porque, si estás cometiendo errores, significa que estás haciendo cosas nuevas, intentando cosas nuevas, aprendiendo, viviendo, empujando tus límites, cambiándote a ti mismo, cambiando el mundo. Estás haciendo cosas que no habías hecho antes, y sobre todo, estás Haciendo Algo.

Así que, este es mi deseo. Comete nuevos errores. Comete errores gloriosos, increíbles. Comete errores que nadie haya cometido antes. No te preocupes de que lo que hagas no sea lo suficientemente bueno: en el trabajo, en el amor o en la vida.

Sea lo que sea a lo que tienes miedo, Hazlo.

Comete tus errores, el próximo año y para siempre".

(Publicado por Alberto Sicilia en su blog Principia Marsupia del diario Público).


Imagen: Buster Keaton en "One Week", 1920.