viernes, 30 de noviembre de 2012

Anotaciones (I)


El frío cala nuestros huesos avisándonos de que el invierno no perdona y empujándonos al amparo de los abrazos. También Jesucristo debió sentir el mismo frío aunque los estudiosos de la Biblia ni siquiera crean que haya nacido en diciembre ni que hubiese mulas o bueyes en aquella posada. Ni San Mateo ni San Lucas hablan de toda esa parafernalia que la tradición ha impuesto. Hace una semana el Papa era trending topic por haber escrito lo que hace siglos está sembrado en tinta. Noviembre se agota hoy y Gaza sigue siendo una herida abierta en la faz del planeta, Palestina sangra a manos de sionistas judíos que en nombre de la religión profanan la libertad; la misma religión a la que pertenecía el hijo de un Dios. Jerusalén amurallada contempla la barbarie y un Nobel de la Paz, primer presidente afroamericano de los Estados Unidos de América, no reconoce el Estado de Palestina como miembro observador de las Naciones Unidas. Hamlet se sumerge en la duda de las palabras a las que al final vencerá el silencio: “the rest is silence”. Segismundo, en su torre, contempla el gran teatro del mundo (1) en el que toda la vida es sueño. Yo, mientras tanto, me sacudo las verdades que saltan desde las miradas de los demás. Y sigo soñando.


¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.

(Pedro Calderón de la Barca, La vida es sueño, 1635)


(1) Pedro Calderón de la Barca, El gran teatro del mundo, 1655

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